La palabra psicoterapia viene de “therapia” – lo que significa que tratar, cuidar – y “psico” se refiere a la mente.

Por lo tanto, la psicoterapia es un proceso de búsqueda de conocimiento, desarrollo personal y, especialmente, ayuda.

Ella opera dentro de una propuesta que trasciende los límites de la personalidad, conectando la persona a ella misma, trayendo a la conciencia los aspectos de su “yo” más profundo, lo integrando con su cuerpo, la sociedad y el universo.

Las sesiones se llevan a cabo individualmente o en grupo, utilizando diversas técnicas (tales como terapia física, terapia de relajación, terapia transpersonal, la neurolingüística, la parapsicología, regresión y experiencias, entre otros) a modo de introducción a estados profundos de consciência y así permitir el florecimiento tanto de las emociones reprimidas, recuerdos traumáticos y los sueños (que trabajó en la terapia holística), cuanto el despertar de una sabiduría interior y intuitiva, capaz de guiarlo en la toma de decisiones o incluso en la resolución de problemas de salud.

Las personas son diferentes, por lo que es hecho una medida enfoque, centrada en la solución de problemas y en el uso de todo lo que el paciente trae, incluida la resistencia a su propio mejoramiento.

El ser humano es el resultado de su historia: nacemos totalmente espontáneos y creativos y, para que podamos vivir en sociedad, somos recortado y moldados, recibiendo modelos sociales a todo el tiempo. Hacer terapia é una búsqueda a si mismo, una búsqueda intensa y profunda. És un método de auto-conocimiento que tiene como objetivo ayudar a las personas para responder mejor a su comportamiento y sus emociones.

Existe una fuerza poderosa dentro de nosotros que nos obliga a la evolución, la madurez y la independencia, pero a menudo se enfrentan con dificultades en la vida que nos impiden seguir esa enorme fuerza de la naturaleza. Por otro lado, existe un sesgo social en buscar ayuda de um profesional: la gente tiene miedo de ser visto como débil e incapaz de cuidar de sus propias vidas. Por lo tanto, se hizo común pedir ayuda de un amigo, el sacerdote, a la relación, o incluso a un extraño.

La persona que hace terapia es perfectamente capaz de encontrar sus propias maneras de ayuda. Lo que ella ve cuando busca un profesional és que de esta manera el proceso se vuelve más activo: entendemos nuestra historia, percibimos y entendemos nuestra responsabilidad em lo que nos pasa a nosotros y empezamos a ver donde podemos contribuir, aún sin quererlo, a nuestras dificultades.

“El principal objetivo de la terapia no es el transporte del cliente a un estado imposible de la felicidad, sino para ayudarle a adquirir firmeza y paciencia ante el sufrimiento. La vida pasa en un equilibrio entre el gozo y el dolor” Carl Jung.